
En enero reparto ladrillos para construir tu realidad
Estoy en el cuarto de estar de mi casa, en Irotz. Me he sentado cómodamente en el sofá dispuesto a leer el libro de Julia
Estoy en el cuarto de estar de mi casa, en Irotz. Me he sentado cómodamente en el sofá dispuesto a leer el libro de Julia
Muy contento y agradecido por el éxito de la presentación de Meditación Karunesh ayer en Elkar. Probablemente fue la peor conferencia que he ofrecido en
Es un libro semilla. Breve y ligero. Pero con un potencial inmenso para despertar las cualidades latentes del lector, de la lectora, que puede encontrar en estas páginas no solo información, sino una metodología testada para sumergirse en una meditación dinámica y poderosa.
Me decía una alumna, como tantas otras personas que pasan por aquí, que lo que hago no es yoga.
Porque se sorprenden de las cosas que hacemos y, sobre todo, de cómo las hacemos.
El ritmo, el contenido humanista, el trabajo intenso, divertido y profundo adaptado a grupos heterogéneos donde lo mismo hay profesores y profesoras de yoga de otras escuelas que un carpintero, que una profesora de infantil…
y tengo la habilidad de satisfacer a todos ellos a la vez.
Un viaje. Un viaje de consciencia. Difícil de describir cómo hilaba las situaciones, las señales y los gestos de lo que sucedía en ese presente. Cómo ayudaba a las personas que estaban al pil-pil a desatar sus nudos emocionales y existenciales.